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Psicología perinatal

¿Qué es la psicología perinatal?

La psicología perinatal se ocupa de entender, atender, acompañar, y si es necesario, ayudar a sanar, todo aquello que ocurre antes, durante y después del parto. Es decir, desde antes de la concepción, hasta al menos, el primer año del bebé.
En nuestra cultura y sociedad, la atención a las madres y bebés durante el embarazo, parto y posparto se centra sobre todo en la vivencia física, es decir, en el seguimiento y control, a menudo excesivo, de los síntomas, riesgos y posibles complicaciones médicas. De esta manera han quedado desatendidos los factores emocionales y psicológicos tan presentes e importantes en esta etapa.
La psicología perinatal puede ayudarte en alguna de las siguientes etapas: 

Nuestra situación como migrantes nos hace ser especialmente vulnerables a las dificultades emocionales en esta etapa: nuestra familia extensa no está en el país en el que residimos, nuestro conocimiento del idioma es a veces limitado, no conocemos bien cómo funciona el sistema sanitario, carecemos en ocasiones de una red de apoyo que nos acompañe en este proceso, mi familia política tiene unas costumbres muy distintas a las mías.

Si te sientes identificada con alguna de estas situaciones o estás atravesando por cualquier otra que te haga pensar que necesitas acompañamiento profesional en español, por favor ponte en contacto conmigo.

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EMBARAZO / PARTO

El embarazo es una situación de especial vulnerabilidad psíquica para las madres y los padres. Se abre una ventana a nuestro pasado como hijos y ese pasado no siempre es fácil de manejar. Además, comienza nuestro proceso de transición de mujer a madre, de hombre a padre, de pareja a padres. La creencia popular de que durante el embarazo la mujer debe ser especialmente feliz, hace surgir un sentimieto de culpa si se presentan dificultades y esta expectativa no se cumple.

 La
mentablemente el parto en nuestra sociedad está cargado de connotaciones negativas. En España es muy habitual desearle a la madre que va a parir “una horita corta”, lo que predispone a la mujer a esperar un evento desagradable que es deseable que dure poco. Este es solo un ejemplo de muchos. Si a esto le añadimos la falta de información adecuada y posibles malas experiencias anteriores, no es extraño que la mujer experimente miedo y angustia según se acerca el parto. Podemos trabajar juntas para que llegues al parto informada, confiada y preparada.

Ejemplos:
 

Estoy embarazada y en vez de estar feliz tengo muchos miedos. Estoy angustiada.
Me asusta el parto, y más, en un país extranjero. No domino la lengua y no sé cómo funciona el sistema médico.

Me sentía muy preparada para ser madre, y ahora que por fin estoy embarazada, no sé si seré capaz.

Tengo miedo que le pase algo a mi mujer durante el parto.


POSTPARTO / PUERPERIO  

La madre tras el parto se encuentra en una situación única a nivel fisiólogico. Todo su ser está listo para cuidar, proteger y alimentar a su cría. Sin embargo, psicológicamente a veces no es fácil aceptar ciertas cosas, recolocarse a nivel familiar y/o manejar el cansancio. Lleva tiempo reconocerse en esa nueva mujer.

Ejemplos:


No sé qué le pasa al bebé, llora y me pongo nerviosa. Me angustio por todo.
Deseaba tanto ser madre y ahora no consigo disfrutarlo.
No logro coger el ritmo. Estoy agotada. Lloro por todo.
Mi marido y yo discutimos más que nunca.


Tengo problemas con mi familia política/de origen desde el nacimiento del bebé.
Nadie me entiende. Se supone que debería estar feliz. Me siento culpable.
No puedo contarle a nadie cómo me siento.
Estoy harta de que todo el mundo me diga lo que tengo que hacer para cuidar a mi hijo. Me hacen sentir insegura.

DUELO PERINATAL

A veces sucede algo terrible e inesperado. Nuestras expectativas se ven truncadas. A nuestro bebé le diagnostican una enfermedad o fallece durante el embarazo o poco después del parto. Este duelo es especialmente difícil porque socialmente no está reconocido. Se piensa que al no haber llegado a nacer o al haber vivido pocos días o semanas, el dolor es menor. Los padres, por tanto, nos sentimos solos y no lo suficientemente arropados o comprendidos en nuestro profundo y devastador dolor.


Ejemplos:


Me siento totalmente incomprendida.


Los que me quieren, intentando ayudar, me hacen más daño diciendo cosas como: “eres joven, ya tendrás más”, “ya tienes un hijo”, “ahora a quedarte pronto embarazada y ya está”, “la naturaleza es sabia”, “mejor ahora que después”.


Muchos amigos han dejado de llamarnos. 
He perdido a mi bebé.


Estoy embarazada y me han dicho que mi bebé no está bien.


No soporto que la vida siga mientras nuestro hijo ya no está.